Cuando me enteré que Guillermo Ochoa, portero del América, había viajado a Londres la semana pasada para entrevistarse con la gente del Fulham, me ilusioné demasiado ya que este muchacho se merece esa oportunidad. Calidad la tiene y de sobra.
Sin embargo y de inmediato, comenzaron distintas versiones de los actores en las transacciones; que si el técnico Mark Hugues no lo había pedido, que si el galés declaró que nunca habló con Ochoa, que si el América pedía 7 exorbitantes millones por él, que si esto, que si lo otro.
Rápidamente todo el asunto me olió muy mal y mi ilusión momentánea se esfumó. “Memo” es un joven que hace buen rato debió haber emigrado al Viejo Continente, aunque esto sea algo realmente difícil, ya que su posición no es muy requerida y menos siendo de un país que nunca ha exportado arqueros. Ochoa tiene mucha calidad, su estatura es aceptable y sus reflejos y elasticidad son increíbles. No veo la razón por la que no pudiera triunfar en Europa.
Pues bien, Ochoa regresó el domingo de su viaje por la tierra de Shakespeare con las manos vacías y con mucha desilusión, aunque no lo admita. Dos días después de su arribo, el guardameta de la escuadra emplumada hizo declaraciones de su fallida aventura.
“Desafortunadamente no se pudo llegar a un arreglo y era una opción que me hubiera encantado, siempre jugar en Europa es algo que voy a tener en mente” señaló el oriundo de Guadalajara.
Así mismo, el vicepresidente del club de Coapa, Yon De Luisa, explicó que fue el Fulham quien retiró la oferta por el mexicano. El directivo confirmó que Ochoa nunca se reunió con el entrenador del club inglés, sino con algunos de sus directivos, situación que asegura le causó gran sorpresa.
Luego explicó que al regreso de Ochoa a México, el Fulham le cambió la “pichada” al quererlo en préstamo con opción a compra, situación a la que accedieron, pero al marcar por teléfono a los ingleses, una hora más tarde de lo pactado, éstos no le contestaron, recibiendo minutos después un correo donde el club londinense retiraba todo interés por el guardameta.
Toda esta ‘novelita” del caso Ochoa es muy triste por donde quiera que se le vea, ya que el jugador se merece una oportunidad y sobre todo, gran respeto a posibles negociaciones por parte de su directiva y de su agente Jorge Berlanga, quienes dejaron mucho que desear. ¡Qué diferente fue el caso del “Chicharito” Hernández!, cuyo traspaso se llevó con gran hermetismo y mucha seriedad.
América siempre se ha destacado por ser una directiva muy cerrada a las negociaciones de algunas de sus estrellas, sobre todo si no hay buen billete de por medio. En el caso de Ochoa, hace muchos años que el club debió haberlo promovido y vendido, sin embargo, lo aprisionan cual niño que no quiere perder su dulce.
¡Y cómo no!, si al perder a Salvador Cabañas, América se quedó sin el dúo dinámico que garantizaba arriba y abajo. Para las Águilas, perder a Ochoa es algo que saben, causará muchos problemas, tanto en la meta, como en imagen y mercadotecnia. Así que hay que tomar con cuidado las declaraciones de los directivos emplumados, ya que es más fácil echarle la culpa al club inglés, cuando en realidad, es muy probable que ellos mismos nunca hayan querido desprenderse de su emblema.
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