El futbol mexicano debiera de ser un espectáculo que desborde la pasión en el aficionado de este hermoso deporte, sin embargo, tengo que admitir que aunque nos sigue apasionando, la liga azteca ha venido a pique en los últimos años y en los estadios se ve más cemento que gente.
Además, hoy más que nunca, la televisión de paga y el Internet nos facilitan el acceso a partidos de otras ligas como las de España, Inglaterra e Italia, que superan –y por mucho– el pobre entretenimiento que brinda el balompié mexicano.
Los dueños del futbol azteca tienen en su mano una bomba que está a punto de explotar como nunca antes se ha visto; pero ellos siguen arrogantes y prepotentes, como pensando que aquí no pasa nada.
Una federación controlada por los clubes, exceso de extranjeros, multipropiedad de equipos, torneos cortos, pacto de caballeros, régimen de transferencias injusto, inexistencia de sindicato de jugadores y ordenador para designación de árbitros, son sólo uno de los muchos cánceres que éstos sabelotodos han dejado calar hondo en nuestro futbol.
Y justo cuando, ingenuamente, creía que empezarían a curar muchos de éstos males, los mandamases salieron con la peor aberración de los últimos años. Déjenme les cuento.
El edificio de la Federación Mexicana se vistió de gala la semana pasada para recibir a los dueños de los clubes, quienes supuestamente iban a tratar temas importantes que iban a beneficiar al futbol.
Se había rumorado que iban a discutir una posible independencia del campeonato mexicano, al cual iban a desligarlo del yugo de la Federación para ser manejado y comercializado de manera independiente, tal y como sucede en la mayoría de los países, especialmente en Europa.
Pero la creación de esta especie de “Liga Premier” de petatiux, quedó en veremos cuando al término de la reunión, el Secretario General de la Femexfut, Decio de María, salió a informar que se iban a tomar 60 días para analizar ocho puntos que les permitirían mejorar la Liga.
Y como si fuera algo que no supiéramos que necesita atención, el directivo expuso que los temas a revisar serían: El formato del torneo, identidad y comercialización de la liga, arbitraje, disciplina, fuerzas básicas, códigos de ética, protocolos de espectáculo y medios de comunicación.
Y fue en este último punto de los ocho, donde ni tardos ni perezosos actuaron de manera inmediata. Y fue el dueño más polémico del futbol, Jorge Vergara de Chivas, quien lanzó la primera piedra al informar de manera oficial que se reservaba el derecho de admitir al Diario Récord en todas las actividades del Rebaño Sagrado, acusando al medio impreso de ser tendencioso y falso.
Incluso la propia Federación Mexicana de Futbol publicó en su sitio de Internet un escrito donde Chivas agradece la adhesión de los otros 17 equipos de Primera División y de la propia Femexfut, a la medida tomada por el conjunto tapatío, ocasionando una ola de comentarios negativos hacia este anárquico movimiento.
Lo pongan como lo quieran poner, esto no es más que un veto que viola flagrantemente los artículos 6to. y 7mo. de la Constitución Mexicana, que garantizan la Libertad de Expresión y Libertad de Prensa, respectivamente.
Aunque Vergara señale que ha sido víctima de una campaña sucia por parte de Récord, vetar al medio es a todas luces una decisión muy pobre que no va de acuerdo con los esfuerzos que ha hecho México para democratizar al País.
Afortunadamente, Pumas de la UNAM ya desmintió categóricamente su supuesto apoyo a Chivas y aclara que en ningún momento ha contemplado la posibilidad de restringir de forma alguna el ejercicio pleno de la libertad de expresión. Asimismo Toluca, Estudiantes Tecos y Tigres permitieron la entrada a los periodistas del medio en cuestión en la pasada jornada.
Hugo Torres es columnista de futbol de La Estrella de Tucsón, semanario en español del diario estadounidense Arizona Daily Star. Contáctelo al e-mail: detacosypatadas@azstarnet.com o síguelo en twitter.com/detacosypatadas
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