Thursday, May 30, 2013

Dramática e histórica final del futbol azteca

Foto: clubamerica.com.mx

Por Hugo Torres

En mi columna anterior aseguraba que la final del futbol mexicano iba ser muy cerrada. Tras los 180 minutos regulares, un empate global a dos goles, que persistió en los tiempos extras, envió a los conjuntos a jugarse el campeonato en el “volado” que son los penales.

Esta final puede ser calificada con múltiples adjetivos, pero los dos que mejor la definen es que fue deslucida y dramática. El agarrón entre América y Cruz Azul dejó mucho que desear en cuanto a espectacularidad, siendo la dosis de drama la que le puso el picante a los tacos.

Creo que el hecho de que no hubo un conjunto superior al otro, fue lo que emoción a esta final, aún y cuando nos hubiera gustado mucho ver mejor futbol. Si Cruz Azul hubiera sentenciado en el primer partido con una goleada –o viceversa–, no hubieramos vivido la novela que vimos el pasado domingo por la noche.

El duelo de ida se puede resumir en que Cruz Azul no aprovechó su “momentum”, se achicó tras meter su golecito y protegió a ultranza su escasa ventaja. Por su parte, unas Águilas heridas se fueron con todo para igualar el marcador pero fueron incapaces de encontrar la fórmula anti-Corona, demostrando una Chucho-dependencia no confesada.

En el de vuelta, el arbitro se encargó –junto con la pertinaz lluvia– de echar a perder las pocas esperanzas que teníamos de ver buen futbol luego de la falta de éste en los 90 minutos previos.

América, a pesar de recibir una expulsión injusta al minuto 13, y de recibir un gol en contra al 20, fue el equipo que más intentó toda la noche. La ventaja tempranera y quizás inesperada de Cruz Azul, los hizo meterse más en su propio terreno, y aunque no estacionaron del todo el autobús en la portería, “Memo” Vázquez mostró un juego mezquino del cual seguro está muy arrepentido.

Pero la virtud del conjunto dirigido por el “Piojo” Herrera fue jugar con el corazón hasta-el-último-segundo. Gracias a ese ímpetu, los azulcremas fueron capaces de acercarse al 88 y de empatar el global faltando sólo 20 segundos del tiempo que adicionó el arbitro, mandando el juego a tiempos extras y finalmente a penales.

Tras las fallas garrafales desde los once pasos por parte de los azules, el conjunto amarillo logró el tan ansiado título y no tuvo ningún pudor en celebrarlo con todo el fervor. Los ademanes del “Piojo” en la tanda de penales y el penoso festejo top-less del otrora ecuánime dueño águila, Emilio Azcárraga, quedarán para la anécdota.

Se esperaba un gran nivel de audiencia televisiva debido a que los protagonistas eran dos de los equipos más populares del país, y dicho y hecho, se rompieron todos los “ratings” históricos para finales de futbol mexicano, superando a la final del Clausura 2004 que disputaron los otros dos “grandes”: Chivas y Pumas.

Las redes sociales, antes, durante y después de los dos partidos, estuvieron saturadas de comentarios, pronósticos, fotos y demás, demostrando que los aficionados no sólo estaban al pendiente del televisor, sino que también interactuaron con amigos y usuarios en general que estaban a favor o en contra de su equipo.

Esta final les dejó a los americanistas la euforia de un triunfo que pensaban perdido y el renacimiento de su fe en la ‘grandeza’ americanista. A los cementeros le dejó un pésimo sabor de boca y la



impotencia de saberse los eternos subcampeones. Sin embargo, ambos deben reconocer a su contraparte pues cualquiera de los dos pudo haberse llevado la corona.


Hugo Torres publica su columna de futbol mexicano en La Estrella de Tucsón del Arizona Daily Star y en el Imparcial de Hermosillo, Sonora, México. Contáctelo al e-mail: detacosypatadas@azstarnet.com o síguelo en twitter.com/detacosypatadas

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