Thursday, August 11, 2011

Descansa en paz Nacho

Ignacio Flores, leyenda Cementera
www.cruz-azul.com.mx
Por Hugo Torres 

Desde hace mas de 500 años, el pueblito morelense de Chamilpa celebra cada 10 de agosto la Fiesta de San Lorenzo Mártir. Los lugareños se organizan desde principios del mes para festejar ese día a su santo patrono.

A la majestuosa festividad acuden habitantes de la comunidad y de pueblos vecinos, quienes disfrutan de la danza, música, arreglos florales, ofrendas, misas y fuegos artificiales.

Esa noche, ráfagas de metralleta eran detonadas a las afueras de Chamilpa, confundiéndose con la pirotecnia que explotaban en la fiesta del pueblo. Los malhechores habían hecho de las suyas en la autopista, perpetrando un acto que no tiene palabras.

Habían dado muerte al ex-futbolista Ignacio Flores de 58 años, quien junto a algunos familiares, se dirigía a visitar a su señora madre, misma que vive en Cuernavaca, Morelos.

Las autoridades informaron que la camioneta en la que viajaban los Flores recibió 76 impactos de bala, de los cuales 27 se alojaron en el cuerpo de “Nacho”. Los motivos del atentado no han sido revelados, pero casi les puedo garantizar que los sicarios no tenían razón de atacar al bastión de la zaga de Cruz Azul en los años setentas.

Ignacio Flores Ocaranza nació en la Ciudad de México en 1953 y a temprana edad sus habilidades y gusto por el futbol lo llevó a buscar suerte en el balompié nacional. Proveniente de una familia aficionada a este deporte, recibió el apoyo incondicional de su padre –quien curiosamente se llama Lorenzo, al igual que el Santo que era festejado en el lugar de su muerte–.

Aunque recibió una oferta para integrase a las fuerzas inferiores del América, “Nacho” prefirió jugar para el Pachuca, donde no pudo debutar debido a que el equipo hidalguense descendió a Segunda División. El joven futbolista decidió entonces participar en un evento de Cruz Azul, donde fue elegido junto a un puñado de jugadores de entre cerca de 3 mil participantes.

El técnico cementero Raúl Cárdenas fue el que decidió subirlo al primer equipo del club en 1972 cuando “Nacho” tenía solamente 18 años. Su debut se dio en la fecha 25 del torneo 1972-73 donde Cruz Azul derrotó 2-1 al Laguna en el Estadio Azteca.

Las cualidades de “Nacho” lo hicieron ganarse rápidamente un lugar en el equipo titular y revolucionó el concepto de lateral derecho, por sus habilidades que mezclaban fortaleza y destreza con los pies.

El famoso camiseta número 2 de Cruz Azul fue artífice para lograr una gran cantidad de títulos que convirtieron a La Máquina en el equipo de la década de los setentas, donde el club logró un tricampeonato (1971-72, 1972-73 y 1973-74) y un bicampeonato (1978-79 y 1979-80), además de un Campeón de Campeones (1973-74) y dos trofeos en España, la Copa Almería (1979) y la Copa Burgos (1980).

En esa época dorada de Cruz Azul, Flores tuvo como compañeros a gente del calibre de Miguel Marín, Javier “Kalimán” Guzmán, Javier Sánchez Galindo, Alberto Quintano, Horacio López Salgado, Fernando Bustos, Eladio Vera, Octavio Muciño y Adrián Camacho, entre otros.

En 1978 fue llamado a formar parte de la Selección Nacional de México que participó en el Mundial de Argentina.

Aunque “Nacho” siguió siendo integrante de Cruz Azul hasta 1991, su despedida oficial como jugador fue en un duelo ante Chivas en 1990 donde también participó su hermano Luis Flores, delantero que perteneció a la institución celeste por esa época, después de haber jugado en España con el Sporting de Gijón y Valencia.

Descanse en paz el gran “Nacho”.

Hugo Torres es columnista de futbol de La Estrella de Tucsón, semanario en español del diario estadounidense Arizona Daily Star. Contáctelo al e-mail: detacosypatadas@azstarnet.com o síguelo en twitter.com/detacosypatadas

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